viernes, 14 de junio de 2019

La relación de Dios con nosotros (la verdadera "adopción")

Es a la vez emocionante y a la vez triste escribir estas líneas. Cuando leemos las Escrituras y dejamos con honestidad espiritual e intelectual que ellas mismas nos hablen, es como si recibiéramos toda una revelación interior, una especie de descubrimiento transformador.

Pero a la vez es triste porque las organizaciones religiosas aún parecen ancladas y persisten en mantener algunos dogmas que incluso no aparecen revelados en la Biblia, y de esa forma quieren mantener una especie de status quo (que es totalmente ilusorio) pero que tiene consecuencias lamentables en torno al marchitamiento interior e espiritual de millones de personas. Este es un proceso lento por muchos años (como un cáncer asintomático que está oculto por años) pero que ya está teniendo efectos que se observan en el mismo corazón de las religiones institucionales o nominales. Baja asistencia a los servicios y un enfriamiento generalizado.

Los dirigentes religiosos intentan revertir estos efectos con algunas medidas de índole externo o cosmético. Se han lanzado a tener plataformas digitales interactivas, producciones audiovisuales y otras técnicas que mantienen el intelecto ocupado hasta que éste otra vez necesita un nuevo estímulo mental. Y ese es el gran problema que hace que este marchitamiento siga avanzando. Lamentablemente los encargados a nivel mundial de éstas organizaciones aún no hacen un análisis espiritual e intelectual sincero, y por ende,  no perciben que el problema yace en la raíz interna de los asuntos, en el cuerpo doctrinario o enseñanzas que imparten. Las personas necesitan ser reconectadas con la Fuente, con las aguas vivas, con el mismo núcleo de las enseñanzas correctas de Jesús, y no con un aparataje exterior que dura temporadas breves y que necesita estímulos mentales constantes, pero que deja el interior y el espíritu vacío:

"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer". - Juan 15:5

El papel de la religión es re-ligar, volver a ligar o unir al hombre con Dios. Pero, ¿habrá fracasado la religión formal en este aspecto? ¿Se han alejado de las enseñanzas del Cristo y han creado muros doctrinarios que separan al hombre de Dios?

Analicemos un punto crítico que es el Fundamento de toda la vida religiosa de una persona: su relación con Dios. 

A leer las cartas apostólicas se destaca esto:

“Porque ustedes no recibieron un espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo, sino que recibieron un espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”- Romanos 8:15

Hasta el día de hoy, algunas religiones como la JW (Jehovah's Witnesses) persisten en enseñar que los cristianos están divididos en dos clases: Una clase con esperanza terrenal que No les aplica éstas palabras, y una clase pequeña con esperanza celestial que sí les aplica. Sin embargo, la Biblia jamás fue escrita para dos "clases" de cristianos. Intentar leer las Escrituras de ésta forma debilita considerablemente su poder transformador. Los pasajes y sentencias son de manera indistinta para todas las personas de buen corazón que deseen aprender de Dios. La idea que algunos párrafos aplican a ciertas personas y a otras no, es una cuestión puramente humana ajena y diferente a lo indicado en las Escrituras. 

Por otro lado, no solo los JW tienen problemas al entender éstos pasajes. Otros grupos también no lo entienden de forma plena. En la mayoría de los casos, las Iglesias entienden el término "adopción" con los conceptos habituales del mundo romano y occidentales modernos. Esto es: un niño ajeno a la familia de sangre que No es hijo natural sino que es incluido en una familia posteriormente. Para muchos esto sería una analogía al declarar que los cristianos (ungidos en el caso de la JW y de todos los cristianos en otras iglesias) no son Hijos naturales de Dios, sino que llegaron a serlo después. Parece lógico a simple vista.

Sin embargo, para llegar a la conclusión correcta más que intentar comprender la Biblia mediante las gafas de la cultura romana o moderna, hemos en primer lugar de leer bien la explicación e intención que tenía el mismo redactor del relato referido. Notemos como Pablo se explaya en los Gálatas:

"Ahora bien, digo que mientras el heredero es pequeñuelo en nada difiere del esclavo, aunque sea señor de todas las cosas,  sino que está bajo hombres encargados y bajo mayordomos hasta el día señalado de antemano por su padre.  Igualmente nosotros también, cuando éramos pequeñuelos, continuábamos esclavizados por las cosas elementales que pertenecen al mundo. Pero cuando llegó el límite cabal del tiempo, Dios envió a su Hijo, que vino a ser procedente de una mujer y que llegó a estar bajo ley,  para que librara por compra a [los que se hallaban] bajo ley, para que nosotros, a nuestra vez, recibiéramos la adopción de hijos.

Ahora bien, porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y este clama: “¡Abba, Padre!”.  Así es que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero, gracias a Dios”.- Gálatas 4: 1-7

La frase “adopción como hijos” utilizada más arriba es la traducción de una palabra griega, la palabra: “υιοθεσία” (uiothesia). Esta palabra a su vez está compuesta por la palabra “uios” que significa hijo y la palabra “thesis” que significa ubicación. “Uiothesia” por lo cual significa “ubicación como hijos”. Para entender mejor su significado en Gálatas 4, veamos el contexto. Gálatas 3:23-4:4 habla de hijos que están bajo tutores. Hijos que fueron destinados a heredar, pero no eran diferentes que los esclavos, al principio, debido a la costumbre.

Algunos grupos religiosos han causado el primer problema con el entendimiento de la palabra “adopción”. Se ha realizado una aplicación de éstos textos basándonos en el concepto actual  de la adopción. ¿Cuál es? El no adoptado está conectado por nacimiento y por sangre a su padre y a su madre, mientras que el adoptado mediante el acto de adopción. El hijo adoptado (actualmente) es aquel que no es el Hijo natural.

Pero éste es el concepto actual en el mundo occidental. Pablo de ninguna forma estaba pensando en eso. Y aún así, quizás Pablo tampoco estaba pensando en las "adopciones" romanas de sus días, aquellas bajo la jurisprudencia legal. Más bien simplemente estaba hablando de "tutores" que guardan al niño heredero. Este es el concepto del pasaje y no otro.

Como hemos visto, él usó la expresión ui·o·the·sí·a. La Obra Perspicacia para Comprender las Escrituras reconoce: “La palabra griega traducida “adopción” (hui·o·the·sí·a) es un tecnicismo legal que significa literalmente “colocación como hijo”. En otras palabras, el contexto de Gálatas nos habla claramente de hijos naturales de carne y sangre que eran custodiados por mayordomos y que se les colocaba al nivel de los niños de los esclavos. Se les juntaba en una especie de “guardería” a ambos pequeños. Los hijos naturales y los de los siervos o esclavos. Esto sucedía en el mundo antiguo con clases sociales con más recursos y Pablo aludía a esto como ejemplo (y no a la "adopción" clásica). Los hijos naturales eran custodiados por los mayordomos hasta que el joven a cierta edad recibía “la colocación como hijo” (era recibido como Hijo ya existente más mayor). Y ésta palabra ha sido traducida como “adopción”, pero ha sido interpretada de acuerdo a nuestro entendimiento actual distinto, creyendo que los hijos adoptados no eran hijos naturales sin hijos de los esclavos, confundiendo el pasaje, y creando la idea errónea de que los hijos de Dios no son hijos por derecho natural.

En otras palabras, la palabra “uiothesia” que es usada en Gálatas 4 y que se traduce como “adopción” de hijos sería mejor que se tradujera como “la posición de hijos”. Hijos ya existentes que descubren por la fe su origen y su glorioso destino. Cuando la persona realiza ese descubrimiento es “colocada como Hijo”. Esta palabra no se usa para decirnos que Dios es nuestro padre adoptivo, como la traducción parece decir, sino que nosotros con la venida del Señor Jesucristo, con la venida de la fe, cambiamos nuestra posición y de ser esclavos (al pecado y error) ahora somos hijos, porque se nos revela que no éramos de los esclavos. Descubrimos que ya éramos hijos.

Jesús trajo un mensaje que nos reconcilia con Dios, ya que descubrimos que somos Hijos de Dios, y se hace ese acto al ejercer Fe (seguridad y confianza) en esta verdad sublime. Y si los hombres somos Hijos de Dios, todos somos literalmente  hermanos. Lamentablemente muy pocas personas saben de ésta sublime realidad y languidecen en problemas como el hijo pródigo que se alejó de su Padre sin apreciar todo lo que tenía (Lucas 15:11-32), y nosotros estamos invitados a declarar estas Buenas Noticias para que ellos también descubran la filiación con Dios y la hermandad entre los hombres.

Descubrir que Dios nos ama individualmente como Hijos amados nos transforma la vida, le da sentido a la misma y comenzamos a dar frutos espirituales en nuestra vida.

La Biblia enseña que el Padre Universal envía a sus Hijos lo que conocemos como “Espíritu de Dios” o “Espíritu Santo”, el cual es una manifestación del mismo Padre Universal que mora en nosotros. De la misma forma como un Televisor puede “proyectar a distancia” a una persona que se encuentra en un Set de Televisión y estar presente en miles de hogares, así mismo el Espíritu de Dios nos comunica directamente con nuestro propio Padre, el cual mediante el Espíritu llega a morar en nosotros. Veamos éstos pasajes:

“Si ascendiera al cielo —continuó—, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Sepulcro, ¡mira!, tú estarías allí. Si tomara las alas del alba, para poder residir en el mar más remoto, allí, también, tu propia mano me guiaría y tu diestra me asiría.” - Salmo 139:7-10

“El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”. – Romanos 8:16

“En unión con él, ustedes, también, están siendo edificados juntamente para [ser] lugar donde habite Dios por espíritu” – Efesios 2:22.

“¿No saben que ustedes son el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en ustedes?” – 1 Corintios 3:16

“¡Qué! ¿No saben que el cuerpo que ustedes son es [el] templo del espíritu santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios? Además, no se pertenecen a sí mismos” – 1 Corintios 6:19

¡Qué privilegio descubrir estas cosas! Cuando tomamos conciencia de que Dios es nuestro Padre, como Hijos obedientes deseamos que él nos comience a guiar por la vida. También queremos imitarle a él en sus tratos de bondad con otras personas.

“Por lo tanto, háganse imitadores de Dios, como hijos amados,  y sigan andando en amor” – Efesios 5:1,2

Cuando queremos ser amorosos como nuestro Padre Celestial, su Espíritu que mora en nosotros produce frutos que se notan en nuestra vida diaria:

“Por otra parte, el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe,  apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley”. – Gálatas 5:22,23


Independiente de nuestras circunstancias, podemos dejarnos guiar por el Padre Celestial y ser personas compasivas que dan estos frutos espirituales en nuestra vida personal, lo cual le comenzará a dar sentido y significado, además de beneficiar a las personas que nos rodean.