La solución a este dilema para lograr una aproximación objetiva y real consiste en comprender algunos puntos esenciales:
1- Qué es realmente la Biblia y como llegó a nuestros días.
2- Tener claridad las diferencias conceptuales en torno a la "revelación progresiva".
3- Entender la armonía general del contexto en cada relato y que ésta declare por sí mismas las palabras de verdad.
Qué es realmente la Biblia y como llegó a nuestros días
La Biblia es un catálogo de decenas de libros agrupados. Libros escritos en siglos distintos por personas diferentes. La mayoría los grupos religiosos aceptan a la casi la totalidad de escritos del nuevo testamento, pero existen diferencias notables en los libros del viejo testamento. Las iglesias evangélicas aceptan 39 libros, la iglesia ortodoxa acepta 52 libros y la iglesia católica a 46 libros.
Por lo tanto, "la Biblia" no es un Libro producido milagrosamente nacido en una sola noche y que sea una especie de Obra total, compacta y completa. Esa visión no es verdadera y es esencial saber que es lo que es realmente para no caer en una especie de "ceguera" al analizarla objetivamente.
La Biblia es producto de adiciones y eliminaciones graduales de libros internos, debate y canon producido a través de los siglos y aún así está en continuo escrutinio por sus diversas traducciones y ciertos descubrimientos.
Las Biblias actuales que poseemos son el producto de una construcción a pulso que incluye estos ingredientes:
1- Las Biblias están basadas en fragmentos, la mayoría muy mutilados y fragmentados , los últimos más antiguos (que ya eran copias de copias), pertenecen al siglo II o III.
2- Las grandes extensiones de los textos son completadas con Códices posteriores que ya pertencen desde el siglo V (en su mayoría) en adelante.
3- Los llenados se completan con las Biblias de la Edad Media.
De ésta forma han aparecido las traducciones recientes. A modo de ejemplo, un 10 % es material de los fragmentos más cercanos a los originales (pero que no son los originales). Un 40% es gracias a los Códices y un 50 % es producto de las biblias medievales. Así que la "creación" de la Biblia actual es claramente un producto de los últimos 2000 años.
El ejemplo anterior del Papiro P 52 ilustra el sistema para componer las Biblias actuales consistente en "relleno" de lagunas usando a Códices o Biblias Medievales.
Robert Funk comenta:
"Se ha estimado que hay más de 70.000 variantes significativas en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Tal montaña de variaciones ha sido reducida a un número manejable por las ediciones críticas modernas que ordenan, evalúan y eligen entre la miríada de posibilidades. Las ediciones críticas del Nuevo Testamento griego utilizadas por eruditos son, de hecho, creaciones de los críticos textuales y editores. No son idénticas a ninguno de los manuscritos antiguos sobrevivientes. Son una composición de muchas versiones distintas".
Así que debemos ser equilibrados al elevar el análisis bíblico como si fuera una ley inamovible y crear innumerables dogmas e interpretaciones. Además, las diversas traducciones pueden arrojar otros cambios de sentido en algunos términos vitales.
Cuando una religión sea la que sea se enquista en ciertos pasajes o términos y desconoce el contexto general se crean sectarismos de crencias, y esto es la causa de la gran cantidad de religiones cristianas, cada cual aludiendo a que tiene la verdad.
Para entender y resolver esto es necesario, comprender que debemos leer la Biblia con un sentido general y no sectario, y menos aislativo. Debemos entender que los versículos y capítulos (usados muchas veces para "machacar" un asunto) son una creación humana durante la Edad Media.
¿Debe restar fuerza espiritual al estudio de la Biblia estas consideraciones objetivas y reales? De ninguna forma, ya que es necesario extraer el espíritu de la ley y los principios.
Como conclusión en este primer subtema debemos entender la realidad de los asuntos y comprender que la Biblia no es un Libro sobrenatural nacido en una noche, además el Canon y selección de los libros NO es inspirado y menos la creación de capítulos y versículos o las traducciones de la misma Biblia.
Para acercarnos a una comprensión aceptable de los temas bíblicos hay que entender estos asunto y ver los asuntos de acuerdo a su contexto y visión general.
Otro punto vital es el concepto de adición y revelación progresiva expresado en la misma Biblia.
1- Las Biblias están basadas en fragmentos, la mayoría muy mutilados y fragmentados , los últimos más antiguos (que ya eran copias de copias), pertenecen al siglo II o III.
2- Las grandes extensiones de los textos son completadas con Códices posteriores que ya pertencen desde el siglo V (en su mayoría) en adelante.
3- Los llenados se completan con las Biblias de la Edad Media.
De ésta forma han aparecido las traducciones recientes. A modo de ejemplo, un 10 % es material de los fragmentos más cercanos a los originales (pero que no son los originales). Un 40% es gracias a los Códices y un 50 % es producto de las biblias medievales. Así que la "creación" de la Biblia actual es claramente un producto de los últimos 2000 años.
El ejemplo anterior del Papiro P 52 ilustra el sistema para componer las Biblias actuales consistente en "relleno" de lagunas usando a Códices o Biblias Medievales.
Robert Funk comenta:
"Se ha estimado que hay más de 70.000 variantes significativas en los manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Tal montaña de variaciones ha sido reducida a un número manejable por las ediciones críticas modernas que ordenan, evalúan y eligen entre la miríada de posibilidades. Las ediciones críticas del Nuevo Testamento griego utilizadas por eruditos son, de hecho, creaciones de los críticos textuales y editores. No son idénticas a ninguno de los manuscritos antiguos sobrevivientes. Son una composición de muchas versiones distintas".
Así que debemos ser equilibrados al elevar el análisis bíblico como si fuera una ley inamovible y crear innumerables dogmas e interpretaciones. Además, las diversas traducciones pueden arrojar otros cambios de sentido en algunos términos vitales.
Cuando una religión sea la que sea se enquista en ciertos pasajes o términos y desconoce el contexto general se crean sectarismos de crencias, y esto es la causa de la gran cantidad de religiones cristianas, cada cual aludiendo a que tiene la verdad.
Para entender y resolver esto es necesario, comprender que debemos leer la Biblia con un sentido general y no sectario, y menos aislativo. Debemos entender que los versículos y capítulos (usados muchas veces para "machacar" un asunto) son una creación humana durante la Edad Media.
¿Debe restar fuerza espiritual al estudio de la Biblia estas consideraciones objetivas y reales? De ninguna forma, ya que es necesario extraer el espíritu de la ley y los principios.
Como conclusión en este primer subtema debemos entender la realidad de los asuntos y comprender que la Biblia no es un Libro sobrenatural nacido en una noche, además el Canon y selección de los libros NO es inspirado y menos la creación de capítulos y versículos o las traducciones de la misma Biblia.
Para acercarnos a una comprensión aceptable de los temas bíblicos hay que entender estos asunto y ver los asuntos de acuerdo a su contexto y visión general.
Otro punto vital es el concepto de adición y revelación progresiva expresado en la misma Biblia.
Ampliación progresiva de la Verdad
Si hubiésemos vivido en la época de Elías la "Biblia" como colección de escritos sagrados revelados para nosotros serían los libros de Moisés y algunos Salmos. Otros estarían aún en el debate de su inclusión. Ciertos contemporáneos nuestros los tomarían en consideración y otros no. Pero lo claro es que los preceptos de la Ley serían la norma y esencia en material doctrinal y guía para el futuro. Nuestras expectativas serían que Israel sería una nación de "reyes y sacerdotes" que guiaría al mundo a una Era dorada. En este sistema viviríamos conforme a los sacrificios de animales y el uso de la fuerza e incluso la pena de muerte sería el procedimiento habitual. Nuestro horizonte sería simplemente ese.
Pero la ampliación de los libros sagrados, cartas cristianas y revelaciones obliga al creyente a reconsiderar muchos de éstos asuntos. Los sacrificios y la fuerza ya no son vistos como la verdad total, y tampoco lo es el papel exclusivo del Israel natural. Los gentiles y creyentes del mundo son ahora incluidos en el propósito de Dios para la Humanidad y son actores relevantes. Los libros de los Escritos de la Ley son vistos con respeto, pero ya no decretan las normas de vida para los cristianos. Los profetas también son vistos con consideración pero se entiende que muchos de sus mensajes eran para situaciones específicas de sus propias épocas.
El Nuevo Testamento o Escrituras Griegas claramente viene a clarificar y ampliar como Revelación progresiva los entendimientos pasados.
Sin embargo, lamentablemente muchos grupos religiosos actuales usan el sistema de la equivalencia. Para intentar descifrar o explicar algunas doctrinas intentan mostrar que las declaraciones del Antiguo Testamento tienen la misma fuerza de grado revelatorio que las declaraciones del Nuevo Testamento. Se intenta crear una "equivalencia de fuerzas" o "visiones" pensando en que esa es la forma correcta de entender la Biblia y trasladarla a los creyentes.
No obstante, la revelación de la Verdad es el descubrimiento progresivo de las realidades. Un objeto real no puede estudiarse plenamente por la sombra que proyecta. La sombra representa una aproximación que nos acerca a la forma general del objeto, pero hay otros elementos como el color y textura, que son plenamente entendidos cuando se le observa claramente, y no mediante la sombra. Es así como Pablo mismo dijo sobre la teología de la época de la Ley Mosaica: "Pues ya que la ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas" (Hebreos 10:1).
Puesto que el Canon bíblico es un fenómeno progresivo de selección de estos catálogos bíblicos y es algo puramente sujeto a los procesos culturales humanos, no podemos afirmar que sea inspirado. Otra cosa son los textos bíblicos internos y su material espiritual elevado. Sin embargo, para efecto de éste análisis y publicación, debemos intentar comprender y ser flexibles en ese punto de vista de dinámica interna de análisis.
Pero la ampliación de los libros sagrados, cartas cristianas y revelaciones obliga al creyente a reconsiderar muchos de éstos asuntos. Los sacrificios y la fuerza ya no son vistos como la verdad total, y tampoco lo es el papel exclusivo del Israel natural. Los gentiles y creyentes del mundo son ahora incluidos en el propósito de Dios para la Humanidad y son actores relevantes. Los libros de los Escritos de la Ley son vistos con respeto, pero ya no decretan las normas de vida para los cristianos. Los profetas también son vistos con consideración pero se entiende que muchos de sus mensajes eran para situaciones específicas de sus propias épocas.
El Nuevo Testamento o Escrituras Griegas claramente viene a clarificar y ampliar como Revelación progresiva los entendimientos pasados.
Sin embargo, lamentablemente muchos grupos religiosos actuales usan el sistema de la equivalencia. Para intentar descifrar o explicar algunas doctrinas intentan mostrar que las declaraciones del Antiguo Testamento tienen la misma fuerza de grado revelatorio que las declaraciones del Nuevo Testamento. Se intenta crear una "equivalencia de fuerzas" o "visiones" pensando en que esa es la forma correcta de entender la Biblia y trasladarla a los creyentes.
No obstante, la revelación de la Verdad es el descubrimiento progresivo de las realidades. Un objeto real no puede estudiarse plenamente por la sombra que proyecta. La sombra representa una aproximación que nos acerca a la forma general del objeto, pero hay otros elementos como el color y textura, que son plenamente entendidos cuando se le observa claramente, y no mediante la sombra. Es así como Pablo mismo dijo sobre la teología de la época de la Ley Mosaica: "Pues ya que la ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas" (Hebreos 10:1).
Puesto que el Canon bíblico es un fenómeno progresivo de selección de estos catálogos bíblicos y es algo puramente sujeto a los procesos culturales humanos, no podemos afirmar que sea inspirado. Otra cosa son los textos bíblicos internos y su material espiritual elevado. Sin embargo, para efecto de éste análisis y publicación, debemos intentar comprender y ser flexibles en ese punto de vista de dinámica interna de análisis.
Entender el contexto
Para aproximarnos con honestidad a una comprensión acertada de ciertos puntos bíblicos hemos de considerar el contexto y no solo la frase, la cual puede ser descontextualizada y llevada a fines ajenos.
Por ejemplo, en Juan 8:32 Jesús habla de la "verdad que libera". Podríamos pensar a simple vista que esta verdad es la "verdad bíblica", la "Palabra de Dios" asociada al libro llamado Biblia, pero sin embargo, Jesús no estaba pensando en "Escritos Sagrados" al hablar de la verdad que libera sino de él mismo ya que el contexto lo indica: “Por eso, si el Hijo los liberta, serán realmente libres” (Juan 8:36). Aunque la Biblia enseña sobre Jesús, él pensaba en el mismo como un vocero viviente y transmisor de la verdad espiritual para la Humanidad. Notamos claramente una amplitud de concepto al comprender el contexto.
La creación de capítulos y versículos en la Edad Media son claramente prácticos para un cierto tipo de estudio, pero pueden ser utilizados como un "arma de doble filo" cuando son despojados del contexto. Entonces antes de intentar dar una interpretación bíblica es menester:
1-Comprender el propósito del Libro. Para quiénes fue dirigido, con que objetivo y pensamientos. Eso debe dominar la interpretación, y no buscar segundas interpretaciones o terceras aplicaciones. Eso más bien es un poco ficticio y nos puede llevar a múltiples caminos. Significa presumir que el escritor intentó dar un mensaje "velado" o oculto más allá de la propia intención que él tenía como Escritor, algo muy arriesgado y peligroso.
2- Leer el relato y su contexto antes de intentar buscar una interpretación superficial a ciertos versículos aislados.
3- Una vez que los dos puntos anteriores están resueltos, no es necesario buscar apoyo en libros externos o ayuda para intentar entender los referidos pasajes. Solo si hemos agotado todas las instancias y no podemos encontrar ningún sentido contextual o de propósito del Libro, podríamos recurrir a otras fuentes para entender los textos. Las llamadas "referencias marginales" de algunas bíblias pueden llevarnos a conclusiones erróneas, porque dos asuntos parecidos no necesariamente hablan sobre lo mismo.
Con estos preceptos, con oración y honestidad intelectual podemos introducirnos en el análisis propio e interno de las Escrituras Bíblicas. Solo así, podemos comenzar con el estudio de lo que la Biblia enseña.
Por ejemplo, en Juan 8:32 Jesús habla de la "verdad que libera". Podríamos pensar a simple vista que esta verdad es la "verdad bíblica", la "Palabra de Dios" asociada al libro llamado Biblia, pero sin embargo, Jesús no estaba pensando en "Escritos Sagrados" al hablar de la verdad que libera sino de él mismo ya que el contexto lo indica: “Por eso, si el Hijo los liberta, serán realmente libres” (Juan 8:36). Aunque la Biblia enseña sobre Jesús, él pensaba en el mismo como un vocero viviente y transmisor de la verdad espiritual para la Humanidad. Notamos claramente una amplitud de concepto al comprender el contexto.
La creación de capítulos y versículos en la Edad Media son claramente prácticos para un cierto tipo de estudio, pero pueden ser utilizados como un "arma de doble filo" cuando son despojados del contexto. Entonces antes de intentar dar una interpretación bíblica es menester:
1-Comprender el propósito del Libro. Para quiénes fue dirigido, con que objetivo y pensamientos. Eso debe dominar la interpretación, y no buscar segundas interpretaciones o terceras aplicaciones. Eso más bien es un poco ficticio y nos puede llevar a múltiples caminos. Significa presumir que el escritor intentó dar un mensaje "velado" o oculto más allá de la propia intención que él tenía como Escritor, algo muy arriesgado y peligroso.
2- Leer el relato y su contexto antes de intentar buscar una interpretación superficial a ciertos versículos aislados.
3- Una vez que los dos puntos anteriores están resueltos, no es necesario buscar apoyo en libros externos o ayuda para intentar entender los referidos pasajes. Solo si hemos agotado todas las instancias y no podemos encontrar ningún sentido contextual o de propósito del Libro, podríamos recurrir a otras fuentes para entender los textos. Las llamadas "referencias marginales" de algunas bíblias pueden llevarnos a conclusiones erróneas, porque dos asuntos parecidos no necesariamente hablan sobre lo mismo.
Con estos preceptos, con oración y honestidad intelectual podemos introducirnos en el análisis propio e interno de las Escrituras Bíblicas. Solo así, podemos comenzar con el estudio de lo que la Biblia enseña.