La Biblia otorga respuestas claras en su cuerpo interno de enseñanzas. Analicemos primero el estado de los muertos:
“Porque los vivos tienen conciencia
de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de
nada en absoluto” – Eclesiastés 9:5
Los difuntos no se encuentran vagando
como fantasmas o almas en pena, sino que están inconscientes en un estado
similar a un sueño profundo (Juan 11:11-14). Si muriésemos no sentiríamos el
paso del tiempo. Sería similar a un sueño profundo con anestesia. Al despertar
no tendríamos conciencia del paso del tiempo. Esto nos alivia de enseñanzas
falsas en dónde se cree que los muertos vagan como espíritus.
La verdad es que la inmensa mayoría
de los seres humanos aguardan una resurrección al terminar un milenio de tiempo.
Revelación 20:5, 12 dice:
“(Los demás de los muertos no
llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años). Y vi a los
muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron
rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron
juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos”.
Los padres que han perdido a sus hijos volverán a reunirse con sus seres queridos. Y las lágrimas serán reemplazadas por ocasiones de felicidad inenarrable (Revelación 21:4).
Sin embargo, hay quiénes de acuerdo a su estado espiritual y relación en Cristo, son resucitados al poco tiempo (Rev. 20:6). Se le llama a ese despertar la “primera resurrección”. La palabra “resurrección” significa “levantarse; ponerse de pie”.
Sin embargo, hay quiénes de acuerdo a su estado espiritual y relación en Cristo, son resucitados al poco tiempo (Rev. 20:6). Se le llama a ese despertar la “primera resurrección”. La palabra “resurrección” significa “levantarse; ponerse de pie”.
La
esperanza para los hombres precristianos
¿Qué esperanza tenían realmente los
patriarcas y hombres de fe precristianos? ¿Esperaban una resurrección en la
Tierra? ¿Deseaban vivir para siempre en este planeta? Pues bien, en la entrada
anterior se trató sobre cual es el concepto verdadero de la “vida eterna”.
Ahora bien, sobre los siervos de Dios precristianos se nos dice:
“Por fe
Abrahán, cuando fue llamado, obedeció, y salió a un lugar que estaba
destinado a recibir como herencia; y salió, aunque no sabía adónde iba. Por
fe residió como forastero en la tierra de la promesa como en
tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la
mismísima promesa. Porque esperaba la ciudad que tiene
fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” – Hebreos 11:8-10.
Notamos como Abrahán aún cuando ya
había llegado a la tierra de la promesa, esperaba una ciudad. ¿Qué ciudad? El
mismo Pablo nos explica:
“En fe
murieron todos estos, aunque no consiguieron [el cumplimiento de] las
promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon
públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra.
Porque los que dicen tales cosas evidencian que buscan
solícitamente un lugar suyo propio. Y sin embargo, si verdaderamente
hubieran seguido acordándose de aquel [lugar] de donde habían salido, habrían
tenido la oportunidad de volver. Pero ahora procuran alcanzar un
[lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto, Dios no se
avergüenza de ellos, de ser invocado como su Dios, porque les tiene lista una
ciudad” – Hebreos 11:13-16.
Notamos que se nos dice que
patriarcas que murieron se consideraron residentes temporales en la tierra, que podrían incluso haber regresado al lugar de donde salieron, y
que ellos procuran un lugar que pertenece al cielo, ya que Dios les tiene lista
una ciudad. Recordemos que justamente Abrahán esperaba esa ciudad. Se nos dice
que desean “alcanzar un lugar mejor”, uno que “pertenece al cielo”. Notemos ahora:
“[Hubo] mujeres [que] recibieron a
sus muertos por resurrección; pero otros [hombres] fueron atormentados porque
rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de
alcanzar una resurrección mejor” – Hebreos 11:35
Observamos como estos profetas anhelaban
una “resurrección mejor”, una resurrección no temporal y efímera como la
resurrección de muestra que hicieron Elías y Eliseo (1Re 17:17-24; 2Re 4:32-37;
13:20, 21). Esta expresión (“resurrección mejor”) se parece a aquella que
dice que ellos desean “alcanzar un lugar mejor”, uno que “pertenece al cielo”.
“Y, no
obstante, todos estos, aunque recibieron testimonio por su fe, no obtuvieron
[el cumplimiento de] la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para
nosotros, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros”
– Hebreos 11:39,40.
Pablo explica que los
cristianos tendrían "algo mejor" porque podrían ser resucitados sin esperar largos milenios como los hombres
precristianos, pero indica finalmente que ellos no serían perfeccionados aparte
de los cristianos, lo cual muestra que el destino tanto de los creyentes como
de los profetas antes de Cristo es la misma Ciudad Celestial. Esto se confirma
en la misma carta a los Hebreos:
“Mas ustedes se han
acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestial, y
a miríadas de ángeles, en asamblea general, y a la congregación de los
primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de
todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados, y
a Jesús el mediador de un nuevo pacto” – Hebreos 12:22-24
Notamos que los habitantes de esa ciudad son: ángeles, la congregación
de los primogénitos y “la vida de justos que han sido perfeccionados”. Esta es
la misma expresión ya analizada de Hebreos 11:40 en relación a los profetas.
Notamos que éstos justos se diferencian de los ángeles y los cristianos, y por
lo tanto, son los patriarcas y profetas que esperaban una resurrección
celestial.
¿Hay declaraciones en las Escrituras
Hebreas que demuestren la esperanza de los patriarcas y profetas?
Job dijo
lo siguiente:
"Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, al venir después [de mí], se levantará sobre [el] polvo. Y después de mi piel, [que] han desollado..., ¡esto! Aun reducido en mi carne # contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y [a quien] mis ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño." Job 19: 25-27 - TNM
.
"Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, al venir después [de mí], se levantará sobre [el] polvo. Y después de mi piel, [que] han desollado..., ¡esto! Aun reducido en mi carne # contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y [a quien] mis ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño." Job 19: 25-27 - TNM
.
# Nota: "Aún reducido en mi
carne" significa: Lit.:
"Aun
fuera de mi carne", o: "Aun aparte de mi carne".
Queda patente que resurrección anhelaba Job. (Véase 1 Juan 3:2).
Queda patente que resurrección anhelaba Job. (Véase 1 Juan 3:2).
Otro caso. El Salmo 17:15 dice:
"En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro; [ciertamente estaré satisfecho cuando despierte
[a ver] tu forma]" - TNM
.
.
"En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza" - Reina Valera 1995. (Véase 1 Juan 3:2)
" ¡Con tu mano, SEÑOR, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes. Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte" - NVI
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza" - Reina Valera 1995. (Véase 1 Juan 3:2)
" ¡Con tu mano, SEÑOR, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes. Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte" - NVI
Nota: Es interesante destacar el versículo
14 según la TNM:
"de los hombres de [este] sistema de cosas, cuya parte correspondiente está en [esta] vida" - Sal. 17:14
"Sistema de cosas" aquí significa: "de la duración de la vida". Heb.: me·jé·ledh.
El Salmista anhelaba mucho más que esta vida. Su esperanza de estar satisfecho sería "despertar para ver" la gloria celestial tal como declara el versículo 15.
Así que lejos de creer que todos los hombres antes de Cristo eran de inclinación terrenal o anhelaban resucitar en la Tierra, esto nos demuestra lo contrario.
También esta el Levita Asaf quién dijo de si mismo:
" Guiásteme en tu consejo: y después [me recibirás con gloria]. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y contigo [nada quiero en la tierra]. Desmáyase mi carne y mi corazón, ¡ó roca de mi corazón! que mi porción es Dios para siempre. " Salmo 73: 24-26 - RV 1865.
(Es interesante como vierte la TNM "sola" el vr. 24 [me llevarás] aun a la gloria y no "me recibirás" como vierten muchas otras traducciones):
"de los hombres de [este] sistema de cosas, cuya parte correspondiente está en [esta] vida" - Sal. 17:14
"Sistema de cosas" aquí significa: "de la duración de la vida". Heb.: me·jé·ledh.
El Salmista anhelaba mucho más que esta vida. Su esperanza de estar satisfecho sería "despertar para ver" la gloria celestial tal como declara el versículo 15.
Así que lejos de creer que todos los hombres antes de Cristo eran de inclinación terrenal o anhelaban resucitar en la Tierra, esto nos demuestra lo contrario.
También esta el Levita Asaf quién dijo de si mismo:
" Guiásteme en tu consejo: y después [me recibirás con gloria]. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y contigo [nada quiero en la tierra]. Desmáyase mi carne y mi corazón, ¡ó roca de mi corazón! que mi porción es Dios para siempre. " Salmo 73: 24-26 - RV 1865.
(Es interesante como vierte la TNM "sola" el vr. 24 [me llevarás] aun a la gloria y no "me recibirás" como vierten muchas otras traducciones):
24 Con tu consejo me guiarás,
y después me llevarás aun a la gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos?
Y además de ti, de veras no tengo otro deleite en la tierra.
26 Mi organismo y mi corazón han fallado.
Dios es la roca de mi corazón y la
parte que me corresponde hasta tiempo indefinido.
La esperanza de Asaf
se hace patente. Veamos otros casos:
“Pero yo
os digo que muchos de las partes del este y el oeste vendrán y se sentarán a la
mesa con Abraham,
Isaac y Jacob en el reino de los cielos, mientras que los hijos del reino serán echados a
las tinieblas de afuera. Allí es donde serán el llanto y el crujir de sus
dientes." (Mateo 8:11.12)
Notamos como se usa la expresión "reino de los cielos". En otra ocasión, Jesús se refirió a esta misma escena al responder a la pregunta: “Señor, son unos pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23). Como parte de su respuesta, se vuelve a mencionar a los patriarcas judíos como parte del reino:
“Ahí es donde serán el llanto y el crujir de sus dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes mismos arrojados fuera.Además, personas vendrán de las partes orientales y occidentales, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lucas 13:28,29).
Es interesante que cuando Jesús nos habla de esos patriarcas, nos comenta sobre la resurrección, y claramente no lo hace en sentido simbólico:
”Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’”. – Lucas 20:37
Notamos como se usa la expresión "reino de los cielos". En otra ocasión, Jesús se refirió a esta misma escena al responder a la pregunta: “Señor, son unos pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23). Como parte de su respuesta, se vuelve a mencionar a los patriarcas judíos como parte del reino:
“Ahí es donde serán el llanto y el crujir de sus dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes mismos arrojados fuera.Además, personas vendrán de las partes orientales y occidentales, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lucas 13:28,29).
Es interesante que cuando Jesús nos habla de esos patriarcas, nos comenta sobre la resurrección, y claramente no lo hace en sentido simbólico:
”Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’”. – Lucas 20:37
Algunos le han tratado de dar un
simbolismo a Abrahán, Isaac y Jacob, pero Jesús mismo en otras ocasiones
también habló de que él estaría en esa mesa con sus apóstoles (Lucas 22:30). Ciertamente
los apóstoles no eran figuras simbólicas.
Si Abraham (Jehová), Isaac (Jesús) y Jacob (que según se cree por algunos, fuese solo un grupo pequeño con esperanza celestial) son los únicos que se supone que habitarán el cielo, entonces ¿a quiénes representan los “muchas gentes de las partes del este y el oeste”, que “estaban a la mesa con ellos en el reino de los cielos? (Mateo 8:11). En el contexto, Jesús estaba elogiando la fe del centurión gentil al afirmar que muchos gentiles estarían en el reino de los cielos, mientras que los “hijos del reino” (los líderes religiosos del tiempo de Jesús) no lo estarían. La incorporación de estos “muchos de Oriente y Occidente” a “Abraham, Isaac y Jacob” ¡resultarían en muchos más seres humanos en el cielo que sólo unos pocos con esperanza celestial! Además, destruiría la ironía implícita en las palabras de Jesús. Si usted toma sus palabras en sentido literal, Jesús está diciendo que los creyentes gentiles van a estar con los patriarcas judíos en el cielo en lugar de los líderes religiosos judíos contemporáneos. ¡Esas serían las palabras impactantes a sus oyentes!
Mayores
problemas se encuentran con las palabras de Jesús en Lucas. “En la mesa en el
reino” Otra vez habla de “la gente del este y del oeste, del norte y del sur”
recostados a la mesa. Sin embargo, Jesús añade otro grupo, además de los
famosos patriarcas judíos: “… cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el
reino de Dios , y vosotros echados fuera , “Si Abraham , Isaac y Jacob son
personas figurativas, a qué o quiénes representan “todos los profetas”? Se
desprende de esta escena celestial que incluye a los hombres y mujeres del
“gran salón de la fe” en Hebreos, capítulo 11 (no olvidemos que hubo profetisas
en el Antiguo Testamento). Sin duda, Jesús estaba diciendo que todos los
grandes personajes del Antiguo Testamento iban a estar con los
creyentes gentiles en el reino celestial. El apóstol Pablo dijo de estos
hombres y mujeres de fe esperaban la ciudad celestial tal como ya hemos
analizado (Hebreos 11:13-16; compare Hebreos 11:8-10; Hebreos 12:22, 23 y
13:14).
“Si ascendiera al cielo, allí
estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú [estarías allí]” –
Salmos 139:8
La Biblia indica que los hombres de
fe antes de Cristo como Abrahán resucitaron en los cielos, la cual parece que
ocurrió poco después de la resurrección de Jesús. Por lo tanto, es correcto que desde Adán hasta la muerte
y resurrección de Jesús no había acontecido ninguna resurrección celestial.
Los fieles estaban durmiendo en la
muerte, aunque esperaban la gloria celestial tal como hemos visto en este tema.
Por esa razón se dice que "David no ascendió a los
cielos" tras
él morir (Hechos 2:34) y que hasta la venida
de Jesús, "Ningún hombre ha ascendido
al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre". (Jn 3:13). Esto es en relación a la resurrección celestial.
Una resurrección grupal poco después
de la Resurrección de Jesús
Ya notamos como el escritor de
Hebreos usa ésta expresión: "y a las vidas
espirituales de justos que han sido perfeccionados". Parece ser que de alguna forma él pudo
saber que habían algunos justos que ya habían sido resucitados al momento de
escribir sus palabras. ¿Cómo esto es posible en vista de lo anterior?
7 Ahora bien, a cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera como el Cristo dio por medida la dádiva gratuita. 8 Por lo cual él dice: “Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en] hombres”. 9 Ahora bien, la expresión “ascendió”, ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? 10 El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. - Efesios 4 (T.N.M)
Aquí Pablo habla de que los cristianos reciben dones y llegan a ser dádivas en hombres gracias al que primero descendió a la Tierra. El texto es muy interesante. Por ejemplo, en la cita está separado "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos" de "dio dádivas [en] hombres". El explica que de la misma forma como él asciende literalmente también descendió. Además cuando asciende luego da la plenitud, es decir el Espíritu Santo que sería derramado sobre sus discípulos que serían dádivas. Claramente la expresión "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos" es una cita pero que contiene otro elemento aparte de "dio dádivas en hombres".
7 Ahora bien, a cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera como el Cristo dio por medida la dádiva gratuita. 8 Por lo cual él dice: “Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en] hombres”. 9 Ahora bien, la expresión “ascendió”, ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? 10 El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. - Efesios 4 (T.N.M)
Aquí Pablo habla de que los cristianos reciben dones y llegan a ser dádivas en hombres gracias al que primero descendió a la Tierra. El texto es muy interesante. Por ejemplo, en la cita está separado "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos" de "dio dádivas [en] hombres". El explica que de la misma forma como él asciende literalmente también descendió. Además cuando asciende luego da la plenitud, es decir el Espíritu Santo que sería derramado sobre sus discípulos que serían dádivas. Claramente la expresión "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos" es una cita pero que contiene otro elemento aparte de "dio dádivas en hombres".
El siguiente comentario es un tanto técnico pero explica a lo que Pablo se
refería con la frase, “llevó cautiva la cautividad” o traducido también
"cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos", "CUANDO ASCENDIO
A LO ALTO, LLEVO CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS, Y DIO DONES A LOS
HOMBRES".
.
.
""También le parece claro al escritor que, de acuerdo con el uso
en las Escrituras, la frase “llevaste cautiva la cautividad” se refiere a la liberación de amigos cautivos.
Esta frase ocurre solo dos veces en al Antiguo Testamento—en el Salmo 68:18 que
cita el Apóstol y en el cántico de Débora y Barac (Jueces 5:12): “Levántate,
Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.”
Considerada solo como una frase, puede significar una de dos cosas: (1)
llevar como prisioneros una cantidad de enemigos, o (2) llevar como
recapturados una cantidad de amigos, que habían sido previamente capturados por
un enemigo. La segunda parece ser la interpretación más natural y es obviamente
el significado de Jueces 5:12, el único pasaje en el cual el contexto determina
el significado. Se implica claramente por las palabras, Jueces 4:16, que Barac no tomó prisioneros: “Todo
el ejército de Sísera cayó a filo de espada, hasta no quedar ninguno.” La
cautividad que llevó Barac tiene que haber sido el Israel cautivo.
Esta,
entonces, no es solo la interpretación natural, sino la interpretación
escritural que sugiere Efesios 4:8-9—que Cristo descendió al Hades, y luego ascendió al
cielo (encima de todos los cielos), llevando a una multitud que ÉL ha liberado
(capturado) de la cautividad.-- (Del Comentario de las Santas Escrituras de John Peter Lange,
vol.12)""
.
.
Notamos claramente cómo Pablo puede
estar hablando de un grupo puntual de personas escogida que resucitaron
(estaban cautivos de la muerte), durante el periodo de la muerte
resurrección y ascensión de Cristo.
El evangelio de Mateo sorprende al añadir otros fenómenos prodigiosos no referidos por ningún otro evangelio: un temblor de tierra, el rajarse de las rocas, las tumbas que se abren, y los muertos que resucitan y visitan la ciudad santa siendo vistos por mucha gente.
Algunos han dado explicaciones simbólicas a dichos sucesos, otros dicen que lo que se quiso decir es que el temblor hizo que los cadáveres se vieran en las calles expulsados por la fuerza del movimiento.
El evangelio de Mateo sorprende al añadir otros fenómenos prodigiosos no referidos por ningún otro evangelio: un temblor de tierra, el rajarse de las rocas, las tumbas que se abren, y los muertos que resucitan y visitan la ciudad santa siendo vistos por mucha gente.
Algunos han dado explicaciones simbólicas a dichos sucesos, otros dicen que lo que se quiso decir es que el temblor hizo que los cadáveres se vieran en las calles expulsados por la fuerza del movimiento.
52Y las tumbas conmemorativas se abrieron y muchos cuerpos de los santos que se habían dormido fueron levantados 53 (y algunas personas, saliendo de entre las tumbas conmemorativas después que él fue levantado, entraron en la ciudad santa), y se hicieron visibles a mucha gente. - Mateo 27
¿Es posible que una serie de cadáveres estuviesen expuestos tres días y luego entrasen en la ciudad? ¿Era posible que con las estrictas leyes judías sobre los cadáveres las mujeres fueran a la tumba de Jesús con un camino infestado de muertos expulsados? ¿Por qué no se comenta ese incidente en los otros relatos? ¿Es posible que los cadáveres llegaran tan lejos como a la Ciudad misma? ¿Acaso eso no habría provocado un incidente sanitario y religioso que hubiese provocado verdaderas cuarentenas perturbando las fiestas judías?
“y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”
La explicación a éste fenómeno es que efectivamente ocurrió una resurrección tras la resurrección de Jesús (esto dio origen a algunas historias posteriores). Se nos habla de los “santos”, lo que indica que eran los fieles precristianos. Todo indica que fue una Resurrección gloriosa tal cómo ocurrió con Jesús. Y partieron a las otras moradas. Esto fue asociado con su posterior ascensión de la Tierra. Ellos serían los “cautivos” llevados a lo alto. Y al parecer a algunos humanos se les otorgó el privilegio de ver ésta resurrección masiva en las moradas celestiales.
Parece claro que dichos "testigos" vieron (posiblemente mediante una visión) la resurrección en la "ciudad celestial" y observaron como un grupo de habitantes daban la bienvenida a los "santos" (profetas de antaño). El hecho de que el redactor de Mateo use la expresión "santa ciudad" o "ciudad santa" en referencia a la desacreditada Jerusalén terrestre es extraño. Más bien esa expresión parece más adecuada a la Nueva Jerusalén, la cual es llamada la Santa Ciudad (Apocalipsis 21:2). Pablo, quién tuvo una visión del tercer cielo parece estar involucrado en esta observación (2 Corintios 12:2-4). Notemos como el apóstol declaró algo en términos parecidos:
“Por el contrario, ustedes se han acercado al monte
Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se
han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa,
a la congregación de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a
Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a
la perfección” – Hebreos 12:22,23
La resurrección de los santos del AT (Antiguo Testamento) ocurriría cuando
viniera el Mesías. Reiteramos, ellos esperaban una resurrección cuando se
revelara el Mesías (e incluso "se levantara sobre el polvo"). De
hecho, Job (citado anteriormente dice):
"Y yo
mismo bien sé que mi
redentor vive, y que, al venir después [de mí], se levantará sobre [el] polvo. Y después
de mi piel, [que] han desollado..., ¡esto! Aun reducido en mi carne
contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y [a quien] mis
ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño." Job 19: 25-27
- TNM
De acuerdo con el registro, un rabino
había dicho sobre otro santo precristiano:
“R. Jeremías mandó: ‘Cuando me sepulten póngame calzado en los pies y un cayado en mi mano, y tiéndanme de lado, para que cuando venga el Mesías yo esté listo’”. (cit. en Lightfoot, Commentary of the New Testament from the Talmud and Hebraica)
Mucha de esta enseñanza rabínica contenía elementos de verdad. El Mesías, en su más estricto sentido, fue revelado en la resurrección, y es obvio que Cristo produjo las resurrecciones (de algunos santos) como parte de los primeros frutos de Su obra.
El evento se entreteje naturalmente con las enseñanzas del NT como lo que Jesucristo le dijo a María en el cap. 11 de Juan, las palabras de Pablo en cuanto a Cristo, las primicias (plural), y luego los frutos siguientes. Y Cristo llevando cautiva la cautividad (llevando los santos del Seol al primer cielo).
Colosenses 2:15 dice “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Esta podría ser una referencia al despliegue público del poder de la resurrección de Jesús. Además se nos demuestra como ésta victoria mermaba el poder de Satanás.
Por lo tanto, tanto Abrahán y todos los fieles precristianos fueron resucitados tras la resurrección de Jesús y emprendieron el viaje para la ciudad celestial y las muchas moradas.
“R. Jeremías mandó: ‘Cuando me sepulten póngame calzado en los pies y un cayado en mi mano, y tiéndanme de lado, para que cuando venga el Mesías yo esté listo’”. (cit. en Lightfoot, Commentary of the New Testament from the Talmud and Hebraica)
Mucha de esta enseñanza rabínica contenía elementos de verdad. El Mesías, en su más estricto sentido, fue revelado en la resurrección, y es obvio que Cristo produjo las resurrecciones (de algunos santos) como parte de los primeros frutos de Su obra.
El evento se entreteje naturalmente con las enseñanzas del NT como lo que Jesucristo le dijo a María en el cap. 11 de Juan, las palabras de Pablo en cuanto a Cristo, las primicias (plural), y luego los frutos siguientes. Y Cristo llevando cautiva la cautividad (llevando los santos del Seol al primer cielo).
Colosenses 2:15 dice “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Esta podría ser una referencia al despliegue público del poder de la resurrección de Jesús. Además se nos demuestra como ésta victoria mermaba el poder de Satanás.
Por lo tanto, tanto Abrahán y todos los fieles precristianos fueron resucitados tras la resurrección de Jesús y emprendieron el viaje para la ciudad celestial y las muchas moradas.
Las moradas celestiales ascendentes
Jesús arrojó luz sobre el destino celestial para los resucitados:
“En la casa de mi Padre hay
muchas moradas” – Juan 14:2
Y en Lucas se nos dice:
“Háganse amigos por medio de las
riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de
habitación eternos” – Lucas 16:9
Aquí notamos como se nos describe que
hay muchos lugares o moradas para los resucitados.
"El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas" - Efesios 4:10
Parece que Pablo tuvo una vista anticipada de ésos cielos. Concretamente él fue "llevado" al tercero de éstos cielos:
"El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas" - Efesios 4:10
Parece que Pablo tuvo una vista anticipada de ésos cielos. Concretamente él fue "llevado" al tercero de éstos cielos:
"Conozco a un hombre en unión con Cristo que, hace catorce años —si
en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue
arrebatado como tal hasta el tercer cielo. Sí, conozco a tal
hombre —si en el cuerpo o aparte del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe— que
fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al
hombre hablar" - 2 Corintios 12:2-4.
Pablo llama a esa morada celestial, el "tercer cielo", y lo llama "paraíso", lo cual indica que el lugar era sumamente hermoso, un jardín que evocaba al Edén de la Tierra. En ese mundo, se habla una lengua que no le es lícito al hombre terrestre hablar. Parece ser que es la "lengua de los ángeles" que él alude en 1 Corintios 13:1.
El hecho de que exista un "tercer cielo" indica que hay un orden ascendente de esas moradas celestiales. Esto lo confirma la carta a los Hebreos:
"Por fe percibimos que los sistemas de cosas fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen. - Hebreos 11:3
Pablo llama a esa morada celestial, el "tercer cielo", y lo llama "paraíso", lo cual indica que el lugar era sumamente hermoso, un jardín que evocaba al Edén de la Tierra. En ese mundo, se habla una lengua que no le es lícito al hombre terrestre hablar. Parece ser que es la "lengua de los ángeles" que él alude en 1 Corintios 13:1.
El hecho de que exista un "tercer cielo" indica que hay un orden ascendente de esas moradas celestiales. Esto lo confirma la carta a los Hebreos:
"Por fe percibimos que los sistemas de cosas fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen. - Hebreos 11:3
“Por fe percibimos
que los
mundos fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo
que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen” (N.C)
Es interesante que la expresión
"puestos en orden" significa:
“fueron preparados; fueron
ajustados”. Lit.: “haber sido ajustados hacia abajo”. Gr.: ka‧ter‧tí‧sthai.
Se nos revela que hay una serie de "cielos" o
"mundos" (moradas) que han sido puestas en orden ascendente y que nos
llevaría finalmente al "cielo de los cielos" (1 Reyes 8:27).
En un peregrinaje eterno, tal como se analizó en el capítulo que habla sobre la "vida eterna", al vivir en esas moradas y mundos ascendentes, también conoceremos y estudiaremos la creación del Padre en su universo, hasta que finalmente lleguemos al conocimiento pleno del Padre, en su misma Presencia (Juan 17:3).
Ciertamente la belleza y experiencias en esas moradas paradisíacas ascendentes supera lo que podamos imaginar. “La vida que realmente lo es” (1 Timoteo 6:19), la vida verdadera, se hace plenamente manifiesta en esos mundos.
En un peregrinaje eterno, tal como se analizó en el capítulo que habla sobre la "vida eterna", al vivir en esas moradas y mundos ascendentes, también conoceremos y estudiaremos la creación del Padre en su universo, hasta que finalmente lleguemos al conocimiento pleno del Padre, en su misma Presencia (Juan 17:3).
Ciertamente la belleza y experiencias en esas moradas paradisíacas ascendentes supera lo que podamos imaginar. “La vida que realmente lo es” (1 Timoteo 6:19), la vida verdadera, se hace plenamente manifiesta en esos mundos.
“Pero así como está escrito: “Ojo no
ha visto, ni oído ha oído, ni se han concebido en el corazón del hombre las
cosas que Dios ha preparado para los que lo aman” – 1 Corintios 2:9
Cuerpos
gloriosos
Los cuatro Evangelios relatan la
resurrección de Jesús (Mateo 28:1-10; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-12; Juan
20:1-29). Asimismo, otras porciones de las Escrituras Griegas Cristianas hablan
con seguridad de tal evento (1 Corintios 15:3-5).
Notamos que Jesús aparece en un
cuerpo similar al que tenía en la carne, pero que sin embargo, parece más
perfeccionado y bello. Esto lo notamos cuando María Magdalena no le reconoce de
inmediato:
“Después de decir estas cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús. Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”. Jesús le dijo: “¡María!”. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: “¡Maestro!”). Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!”, y que él le había dicho estas cosas”. – Juan 20:14-18
“Después de decir estas cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús. Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”. Jesús le dijo: “¡María!”. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: “¡Maestro!”). Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!”, y que él le había dicho estas cosas”. – Juan 20:14-18
Aquí notamos que María no reconoce a
Jesús porque tiene un cuerpo al parecer algo diferente. María reconoce a Jesús
por un gesto de su voz. Algo similar con los discípulos que lo ven en el camino
a Emaús (Lucas 24: 13-35) y que no le reconocen. Solo lo hacen cuando él parte
el pan, en un gesto típico de Cristo. Entonces él desaparece de inmediato
de su vista.
Cuando los apóstoles están
encerrados y las puertas están aseguradas con cerradura por el temor de
los discípulos a los judíos, él se hace visible y se presenta de pie allí en
medio de ellos, como si hubiese atravesado la pared (Juan 20:19).
Sin embargo, es interesante que él afirme que aún no es un espíritu en sentido
pleno:
“Pero porque estaban aterrados, y se
habían atemorizado, se imaginaban que contemplaban un espíritu. Por eso
les dijo: “¿Por qué están perturbados, y por qué se suscitan dudas en su
corazón? Vean mis manos y mis pies, que soy yo mismo; pálpenme y vean, porque
un espíritu no tiene carne y huesos así como contemplan que yo tengo” – Lucas
24: 37-39
Jesús nos habla que tiene un cuerpo
de “carne y huesos”, glorioso, que evidentemente no tiene sangre (1 Corintios
15:50). Pero es un cuerpo parecido al cuerpo humano que tenía, pero que puede
viajar rápidamente por largas distancias (desaparecer) y atravesar paredes.
Además es ligeramente diferente y más glorioso, aunque él mantenía sus modales
y gestos típicos individuales. Parece ser que él se aparece con el primer cuerpo
que tendremos en la resurrección, para demostrarnos cuál es nuestro camino tras
la muerte. “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino
por mí” (Juan 14:6). Este primer cuerpo finalmente será transformado a un
cuerpo totalmente espiritual.
En realidad, la resurrección de
Cristo muestra como será la resurrección de los seres humanos:
“Porque si los muertos no han de ser
levantados, tampoco ha sido levantado Cristo” (1 Corintios 15:16). “Seremos
[unidos con él en la semejanza] de su resurrección” (Romanos 6:5).
Seremos resucitados con un cuerpo
semejante a nuestro primer cuerpo con todos nuestros recuerdos, pero sin
defectos ni enfermedades, un cuerpo “glorioso”. La Biblia explica esto con
claridad y lo hace solo en referencia a esta resurrección superior, Pablo en ningún momento explica que hay una resurrección terrestre. Solo se entrega información sobre esta resurrección gloriosa:
"No obstante, alguien
dirá: “¿Cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de
cuerpo vienen?”. ¡Persona irrazonable! Lo que siembras no es
vivificado a menos que primero muera; y en cuanto a lo que siembras, no
siembras el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, sea de trigo o
cualquiera de los demás; pero Dios le da un cuerpo así como le ha
agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo. No toda carne es
la misma carne, sino que hay una de la humanidad, y hay otra carne del ganado,
y otra carne de las aves, y otra de los peces. Y hay cuerpos celestes, y
cuerpos terrestres; mas la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la
de los cuerpos terrestres es de una clase diferente. La gloria del sol es
de una clase, y la gloria de la luna es otra, y la gloria de las estrellas es
otra; de hecho, estrella difiere de estrella en gloria.
Así también es la
resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en
incorrupción. Se siembra en deshonra, se levanta en gloria.
Se siembra en debilidad, se levanta en poder. Se siembra
cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si hay cuerpo físico, también lo
hay espiritual. (…) Y así como hemos llevado la
imagen de aquel hecho de polvo, llevaremos también la imagen del
celestial". - 1 Corintios 15: 35-49
Las palabras de Pablo definen la "resurrección de los muertos" como esperanza. No hay nada que indique una resurrección masiva en la Tierra para millones de personas, y si esa fuera una realidad tan importante para millones, Pablo habría dedicado una líneas a explicar que habría otra resurrección "menor" en la carne para millones de lectores, pero no lo hace. Todo otro tipo de resurrección, como veremos, es más bien algo subjetivo e interpretativo extra bíblico, más que una declaración explícita y directa como ésta.
Es más, Pablo notemos lo que Pablo dice "¿cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”. ¡Persona irrazonable!". Esto posiblemente combatía cualquier idea de una resurrección corporal en la materia. Y luego, pasa a explicar que la "resurrección de los muertos" como arreglo Divino es de naturaleza superior.
Ciertamente la Resurrección nos espera tras la muerte. Al morir no quedamos como almas en pena ni reencarnamos. Experimentamos una resurrección gloriosa como la de Cristo. Y los hombres precristianos esperaron esa resurrección “mejor”. Por lo tanto, en la Biblia en ninguna parte se habla sobre una resurrección terrestre. Sencillamente si en un juicio aportásemos la evidencia que nos habla de una resurrección celestial, ésta evidencia sería abrumadora. En cambio, la creencia en una resurrección terrestre está basada solamente en especulación, sin ninguna base bíblica clara o explicada en las cartas apostólicas.
Es más, Pablo notemos lo que Pablo dice "¿cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”. ¡Persona irrazonable!". Esto posiblemente combatía cualquier idea de una resurrección corporal en la materia. Y luego, pasa a explicar que la "resurrección de los muertos" como arreglo Divino es de naturaleza superior.
Ciertamente la Resurrección nos espera tras la muerte. Al morir no quedamos como almas en pena ni reencarnamos. Experimentamos una resurrección gloriosa como la de Cristo. Y los hombres precristianos esperaron esa resurrección “mejor”. Por lo tanto, en la Biblia en ninguna parte se habla sobre una resurrección terrestre. Sencillamente si en un juicio aportásemos la evidencia que nos habla de una resurrección celestial, ésta evidencia sería abrumadora. En cambio, la creencia en una resurrección terrestre está basada solamente en especulación, sin ninguna base bíblica clara o explicada en las cartas apostólicas.
“Jesús les
dijo: “Los hijos de este mundo se casan y se dan en matrimonio, pero los
que han sido considerados dignos de ganar aquel mundo y la resurrección de
entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. De hecho, tampoco
pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos
de la resurrección. Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés
lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de
Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’. Él no es Dios de muertos, sino
de vivos, porque para él todos ellos viven” – Lucas 20:34-38
Una resurrección terrestre podría generar muchos problemas, tal como se desprende de la situación hipotética consultada a Jesús.
Pero lo importante, es que podemos confiar en que la muerte es solo un sueño y que para el Padre Celestial el tiempo no existe, él no pierde a sus hijos dormidos aunque pasen siglos, y él tiene seguras a las personas que están en ese sueño. Podemos afrontar la muerte con la misma confianza con la cual dormimos todas las noches, y podemos consolar también a quiénes están de duelo.
Notemos lo que Jesús enfatizó en todas sus acciones asociadas a la resurrección. ¿Dónde puso el énfasis?:
Pero lo importante, es que podemos confiar en que la muerte es solo un sueño y que para el Padre Celestial el tiempo no existe, él no pierde a sus hijos dormidos aunque pasen siglos, y él tiene seguras a las personas que están en ese sueño. Podemos afrontar la muerte con la misma confianza con la cual dormimos todas las noches, y podemos consolar también a quiénes están de duelo.
Notemos lo que Jesús enfatizó en todas sus acciones asociadas a la resurrección. ¿Dónde puso el énfasis?:
“¿Por qué causan ruidosa
confusión y lloran? La niñita no ha muerto, sino que duerme” –
Marcos 5:39
“Joven, yo te digo: ¡Levántate!”
(o ¡Despierta!) – Lucas 7:14
“Nuestro amigo Lázaro está
descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño” – Juan
11:11
Hemos visto en Corintios que la única definición clara y sólida de la esperanza de la Resurrección asociada en la Biblia es una Resurrección gloriosa, y no terrestre. El no define ni menciona a esa posible resurrección como secundaría. Simplemente no existe. Pero a raíz de los versículos citados de éstas acciones asociadas a la resurrección y que hizo Jesús (especialmente la de Lázaro), podríamos creer que lo anterior sirve como base para deducir una resurrección terrenal, pero, ¿es así?
Las resurrecciones menores que Jesús
efectuó en la Tierra no eran para demostrar que existirán resurrecciones
terrestres, ya que los hombres incluso precristianos esperaban una
“resurrección mejor” (Hebreos 11:35). Más bien era para resaltar que
es realmente la muerte, y que el poder de Dios sobre la misma es igual que el
que tenemos cuando despertamos a alguien del sueño. De ahí al énfasis de Jesús en hacer esa comparación. De hecho, esas mismas personas resucitadas volvieron a morir. Por lo tanto, el Maestro no estaba centrado en enseñar que habría una resurrección terrestre, sino que más bien, Dios tiene el poder de traer a las personas de vuelta a la vida.
Ciertamente debido a lo anterior, podríamos preguntarnos si aquello sería lo más lógico para nuestros anhelos naturales, pero estaríamos basando una esperanza en una idea deductiva especulativa, y no en las declaraciones anteriores más categóricas y claras sobre la Resurrección como parte del propósito de Dios.
Por ejemplo, el embarazo de María con un ser celestial fue una acción singular y única que implicó transferir la vida de un ser celestial a la matriz de una mujer, pero aquello no significó que eso iba a ser la norma para las materializaciones de los ángeles en la Tierra. A veces un razonamiento deductivo que carezca de soporte bajo otras declaraciones, podría inducirnos al error.
Sin duda, a raíz de ésto nos surgirán otras preguntas relativas a cual realmente es el propósito de la Humanidad y la razón de nuestro paso por éste mundo. La próxima entrada analizará ésta cuestión.
Lo importante es que para nuestro Señor y nuestro Padre la
muerte es solo un sueño. Podemos confiar plenamente en la
resurrección y que nada tiene poder para separarnos del Amor de Dios (Romanos
8:37-39).
Apéndice
¿Presenta
una objeción a los santos resucitados tras la resurrección de Jesús, la
declaración de 2 Timoteo 2:18?
"Estos
mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha
sucedido; y están subvirtiendo la fe de algunos"- 2 Timoteo 2:18.
Quizás sí Pablo estaba combatiendo algunas historias (algunas sugerían que los resucitados se quedaron a vivir en la Tierra por siglos) distorsionadas, exageradas o apócrifas sobre la narrativa de Mateo 27:52,53, pero es bueno contextualizar sus dichos.
Quizás sí Pablo estaba combatiendo algunas historias (algunas sugerían que los resucitados se quedaron a vivir en la Tierra por siglos) distorsionadas, exageradas o apócrifas sobre la narrativa de Mateo 27:52,53, pero es bueno contextualizar sus dichos.
Pablo
habla de Himeneo y Fileto, quienes Pablo nombra en 2 Timoteo 2:17. Estos
hombres eran aparentemente miembros de la iglesia (ellos "nombran el
nombre de Cristo"—verso 17.) Ellos eran preteristas (la palabra "preterista" es un término
gramático que describe lo que es "pasado") en cuanto a la resurrección y
probablemente preteristas en cuanto a la Segunda Venida de Cristo también.
Pablo nos dice en 2 Timoteo 2:18 acerca de su creencia de que "la
resurrección ya ha pasado." ¿Cómo podían estos haber recibido algún
prestigio en la iglesia si no hubiesen aceptado la doctrina de la Resurrección?
En
realidad ellos abrazaron la idea de que la resurrección espiritual del
Cristiano es pasada o que la resurrección espiritual de Israel es pasada. Por
eso ellos argumentaban que no habría resurrección corporal-espiritual futura
para los creyentes (o aun de los no creyentes.) Ellos no hablaban de una resurrección
corporal, más bien le daban un
sentido casi metafísico simbólico como los gnósticos que negaban el cuerpo. Ellos declaraban que los cristianos ya habían sido
resucitados al aceptar la investidura de la religión (como una especie de
doctrina Masónica) y que no necesitarían una resurrección corporal celestial,
sino que su alma ya inmortal abandonaría el cuerpo sin la necesidad de la
resurrección.
Quizás sintiendo el problema de
consistencia, algunos Himeneanos están jugando con la idea de que no hubo una
encarnación de Cristo tampoco. A pesar de ciertas discontinuidades en el
movimiento, todos los Himeneanos disminuyen el cuerpo – creyendo que el cuerpo
es extraño al ser humano.
Es digno de reconocer que la misma Watchtower
apoya éste punto de vista y dice:
"El apóstol Pablo exhortó a su compañero de labores Timoteo a evitar por todos los medios las ideas de los apóstatas, como Himeneo y Fileto, cuya palabra “se esparcir[ía] como gangrena”. Y añadió: “Estos mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha sucedido; y están subvirtiendo la fe de algunos” (2 Timoteo 2:16-18). Al parecer, Himeneo y Fileto enseñaban que la resurrección era solo simbólica y que los cristianos ya habían resucitado en sentido espiritual. Es cierto que cuando nos convertimos en auténticos discípulos de Cristo llegamos a vivir a los ojos de Dios, algo que el mismo Pablo expresó abiertamente (Efesios 2:1-5). Sin embargo, la enseñanza de aquellos dos falsos maestros no tomaba en cuenta la promesa de Jesús de que los muertos resucitarán en sentido literal bajo el Reino de Dios (Juan 5:28, 29).
"El apóstol Pablo exhortó a su compañero de labores Timoteo a evitar por todos los medios las ideas de los apóstatas, como Himeneo y Fileto, cuya palabra “se esparcir[ía] como gangrena”. Y añadió: “Estos mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha sucedido; y están subvirtiendo la fe de algunos” (2 Timoteo 2:16-18). Al parecer, Himeneo y Fileto enseñaban que la resurrección era solo simbólica y que los cristianos ya habían resucitado en sentido espiritual. Es cierto que cuando nos convertimos en auténticos discípulos de Cristo llegamos a vivir a los ojos de Dios, algo que el mismo Pablo expresó abiertamente (Efesios 2:1-5). Sin embargo, la enseñanza de aquellos dos falsos maestros no tomaba en cuenta la promesa de Jesús de que los muertos resucitarán en sentido literal bajo el Reino de Dios (Juan 5:28, 29).
La idea de una resurrección puramente simbólica fue desarrollada más tarde por el
gnosticismo. Creyendo que era posible alcanzar el conocimiento (griego, gnósis) por medios misteriosos,
los gnósticos unieron doctrinas del cristianismo apóstata, ideas filosóficas
griegas y tradiciones del misticismo oriental. Por ejemplo, sostenían que la
materia era mala y que, por tanto, Jesús no vino en carne, sino en un cuerpo
aparente (doctrina conocida como docetismo).
Era precisamente contra este tipo de error que había advertido el apóstol Juan
(1 Juan 4:2, 3; 2 Juan 7)". - La Atalaya 2006
w06 1/12 págs. 4-7